A sus 87 años, Manolo Gregori está convencido de que sentirse acompañado es una necesidad vital cuando se alcanza cierta edad. Por eso forma parte del programa «Soledad 0 – Vida 10» de la Fundación Harena. Una iniciativa solidaria que ofrece compañía a todos aquellos mayores que sufren cada día la soledad.

Muchos de ellos encuentran amparo en la televisión. Pero echan en falta el calor humano. De ahí que la Fundación Harena haya puesto en marcha este programa de acompañamiento solidario, destinado a mejorar la calidad de vida de las personas mayores que viven solas. 

Durante los programas “Callejeando” y “A Toda Costa”, desde Grupo ADM recorrimos Andalucía perdiéndonos en sus calles, visitando sus playas, descubriendo a su gente. Y en cada rincón encontramos mayores entrañables, capaces de sacarnos una sonrisa con ese arte que “no se pué aguantá”.

Para que no se apague esa chispa, el grupo de voluntarios de Fundación Harena comparten su tiempo y regalan su compañía a quienes más la necesitan. Algunos de ellos tienen historias increíbles, como la de Teresa y Manolo, que nos conquistaron a todos cuando aparecieron en nuestro programa

Junto a ellos, otros voluntarios de todas las edades colaboran con esta Fundación porque les une el espíritu solidario y el amor por las personas mayores. Los usuarios reciben esta compañía como dosis de vitamina. Así lo confesó Rosa, una usuaria que aseguró que los voluntarios les levantan el ánimo, los orientan y, en definitiva, les devuelven la ilusión y las ganas de vivir. 

Tan solo en Málaga hay más de 70.000 personas mayores viviendo solas en sus domicilios. Pero gracias a «Soledad 0 – Vida 10», ahora sienten el cariño y el arropo de los voluntarios. Además de recibir visitas o llamadas semanales, disfrutan de un programa de formación y participan en salidas y actividades diferentes. 

Dentro y fuera del mundo de la televisión, los mayores de esta tierra nos regalan momentos memorables porque tienen la capacidad de despertarnos una emoción especial. Será la ternura que nos transmiten sus ojos, o la sabiduría que desprenden sus manos. Pero es algo que pudimos confirmar, una vez más, «Callejeando».

Gracias a este programa, también producido por Grupo ADM, conocimos a la vecina de Camarón. Antonia Benítez nos enamoró con su naturalidad y sus tortillas de bacalao mientras visitábamos las calles de San Fernando, en Cádiz. 

Lo reconocemos. Sentimos debilidad por nuestros abuelos, por nuestros mayores. Por eso, aprovechamos cualquier oportunidad para reconocer su papel en la sociedad. Es nuestra forma de aportar un “granito de arena”.